La Congregación participa de la Misión Evangelizadora de la Iglesia y de la Orden de Predicadores, siendo enviadas a todos los hombres, especialmente a los más pobres y desamparados, para predicar el Evangelio propagando el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo por el mundo entero, anhelando la salvación de todos y siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de Santo Domingo y de nuestro patrono Santo Tomás de Aquino.
Nuestro apostolado encuentra su fuente y valor más sustancial en nuestra consagración, que nos une de manera especial a la Iglesia y su misterio salvífico (cf. L.G 44), dando a nuestras actividades el carácter eclesial y apostólico, para mostrar a Cristo en la Educación de la niñez y de la juventud más desamparadas, promoviendo el desarrollo de sus cualidades físicas, morales e intelectuales para que alcancen la plenitud de la vida humana y cristiana; en el cuidado de los enfermos y desvalidos, haciendo el bien a todos y transmitiendo el mensaje de salvación con nuestro testimonio personal y comunitario, de acuerdo a nuestro carisma propio.
